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domingo, noviembre 02, 2008

Mi dulce amiga



















No sé si me aterraba más dejar atrás el pasado o encarar el futuro, cuando era niño estas preocupaciones no me asaltaban en medio de la noche llenando mi cama de un sudor terrorífico, un letargo aterido y de un difícil despertar. Nadie me abrazó como mi madre, sin embargo la lastimé muchas veces destrozándole el corazón detestando mi existencia, deseando no haber existido nunca. Sin embargo nadie me abrazó como mi madre y eso no me importó. Cuando era pequeño no podía comprender el esfuerzo que hacían mis padres por darme lo esencial y aunque pasamos momentos difíciles siempre encontramos la forma de seguir adelante. Mientras estoy aquí tirado mirando este cielo como nunca antes lo había visto el miedo se fue junto con el escalofrío de mi espalda, creo que hasta sonrío mientras veo a través de las ramas de los árboles las estrellas que esta noche primaveral adornan el cielo. Parece extraño, pero nunca me había detenido a observar el cielo de esta manera, mientras siento desinflarme como un globo y comienzan a desfilar en letanía los fantasmas que no he podido explusar de mi vida. No sé lo que es la redención, pero quizás se sienta como ahora, en este preciso momento mientras veo todos los pedazos de vidas rotas que he dejado, pieles que he mutado, suelos que he atravesado, un tendal de dolor a mi paso, como un Atila del alma. No puedo mover mis manos y no me preocupa, tan solo puedo parpadear y mover los ojos de un lado al otro. Y aunque los cierro las imágenes están ahi y aunque no quiera verlas las recuerdo todas. Supongo que ya es demasiado tarde para reparar todo el daño proporcionado al mundo, nunca imaginé que estaría esta noche experimentando esto y dejándolo ser. Mi corazón late extrañamente fuerte y cuanto más late más me desinflo, siento que mi respiración comienza a desacostumbrarse y a fallar, mi cuerpo está en shock y ya no funciona. Y yo acá desvaneciéndome lentamente, fundiéndome con el piso lacrado con mi propia sangre. Es un momento de tristeza sintiendome así, pero la música que escucho me llena de esperanzas para desaferrarme a este envase que me contubo durante tantos años. No se qué viene ahora, realmente no lo sé pero no siento miedo porque ya no puedo luchar contra esto. He odiado mucho durante mi vida, pero todo ese odio se acaba de ir fuera de mi y ahora me siento lleno de algo indescriptible, es como la alegría pero una alegría que no recordaba y ahora si la experimento y se que la he vivido. Quisiera abrazar a toda la gente que he amado y también a la que he odiado porque en definitiva veo ahora que todos somos lo mismo y mis pensamientos pasan tan rápido y las imágenes y me siento como en un embudo que me lleva hacia fuera de mi cuerpo. Nunca pensé que contuviera tanta sangre en mi interior, el olor comienza a ser muy fuerte, como aquellas escaleras del Congreso en 2001. Nunca había pensado la muerte como un nacimiento hacia otra forma de vida, pero ahora lo experimento así mientras una brisa me refresca la cara y vienen a mi los recuerdos del mar, de todos los mares donde estuve, en todas mis edades, todos juntos y superpuestos; y esto que en otro momento sería caótico ahora lo puedo comprender, todos mis recuerdos están mezclados y girando en mi cabeza como un remolino y lejos de aturdirme y eterrarme me llenan de vida y alegría, una alegría extrañisimamente nueva y placentera como si corriera directo al abismo y no me importara y de pronto soy el niño que fui y estoy corriendo por la casa de mi infancia, mi padre está trabajando la tierra y corro para abrazarlo y decirle que lo quiero, se sorprende al verme, extiende sus brazos y me alza, le agradezco la vida que ahora entrego, todo en simultáneo; comprenderías que la vida sucede en un instante como yo lo comprendo ahora? El pasado, el presente y el futuro son la misma cosa y suceden al mismo tiempo, el tiempo no es lineal, las líneas no son rectas y los circulos no tienen perímetro. Son espirales aureas que giran constantemente. Ya no hay odio en mi ni tan siquiera al que se convertirá en mi asesino y tal vez nunca encuentren, pero siento que ya no hay tiempo y el odio se va con la sangre y algo muy parecido al amor me invade y espero le llegue a él también mientras corre por el parque escapando de la policía que ya puedo ver que se acerca bañando de azul las hojas de los árboles... Y tanta iluminación en estos últimos instantes de vida terrenal lejos de hacerme sentir un desperdicio me llenan de esta alegría tan especial que me colma y me infla y me eleva mientras los árboles se abren y me acerco a las estrellas, creo que al fin es el momento de aprender a dejar mi cuerpo mundano y abrazar la muerte que me invade y me lleva.

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